Feli, ley mordaza y consecuencias.
Los años de lucha en defensa de los afectados por la estafa hipotecaria y de las víctimas de la acción institucional dilapidadora de la vivienda pública han dado lugar a situaciones de conflictos en las calles, ante los bancos, en las viviendas expoliadas. De un lado los defensores de los derechos humanos, de otro el poder de una administración al servicio de gobiernos condicionados por los intereses de los grupos financieros, de los negocios inmobiliarios y todo tipo de buitres, fondos extranjeros, nacionales o carroñeros de menor tamaño.
La derecha gobernante, apoyándose interesadamente también en otros tipos de conflictos, aprovechó para legislar hasta el punto de amarrar los instrumentos de la administración para, desde esta, amordazar cualquier intento de denunciar la violación de los derechos de las personas.
Este instrumento en manos funcionarios al servicio de sus propias fobias, odios o incompetencias ha dado lugar a un sinfín de situaciones legalmente inadmisibles. Además del importante aspecto recaudatorio que con todo tipo de sanciones económicas llenan determinadas cajas.
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